ESTA FARMACIA ES UNA CRUZ

Una divertidísima novelística gráfica que retrata el día a día en una droguería de alfoz

«Remedios, llevas la quimono demasiado blanca.» Así se lo suelta su nueva compañera cero más verla. La verde farmacéutica no entiende a qué se refiere, pero pronto entenderá que, para atender a los pacientes de la droguería de doña Valeriana, donde acaba de emprender a trabajar, no es suficiente con un título en Apoteca… Se necesita mucha maña y experiencia (y 600 mg de firmeza posteriormente de cada comida): Ancianas que piden un específico que dejó de fabricarse en las guerras carlistas, señores que preguntan por «lo suyo» sin más detalles y que ni el CSI acertaría aunque al final se trate de unas simples Juanola, por no mencionar a la temible Conchi, esa vecina del alfoz que cada vez que se acerca a la puerta tiemblan los cimientos de la droguería.

Entre cajas de paracetamol, ibuprofeno, tiritas y esos antibióticos que, por mucho que la masa insista, no pueden venderse sin prescripción, Remedios dejará de ser una aprendiz para convertirse en toda una experta en el mundo de la droguería.