NADIE PIERDE: LA TEORIA DE JUEGOS Y LA LOGICA DEL DESTINO HUMANO (2ª REED.)

Muchas personas, en particular los científicos, creen que cuanto más comprensible nos parece el universo, menos sentido le encontramos. Robert Wright no se cuenta entre ellos, pues la conclusión de este compendio apunta que tanto la progreso biológica como la historia humana siguen una dirección determinada. En él explica la creciente complejidad de la progreso biológica, tecnológica y social de la especie humana, y se propone dilucidar si la vida avanza en dirección a un fin concreto. Desde las sociedades de cazadores-recolectores de América, pasando por los reinos africanos y la tecnología china, Wright examina cómo hemos llegado a la contemporaneidad, y aporta una vía de orientación al nuevo milenio.
La secreto está en que la vida puede observarse desde el punto de tino de la teoría de juegos (la deducción de «suma cero» y «suma no nula»): del mismo modo en que en algunos juegos el triunfo de un atleta no supone la derrota de los demás jugadores, la vida nos enseña que de la acumulación de juegos nace la complejidad social y la globalización.
Wright vigilante un as en la manga: si la implacable deducción de juegos señalaba desde los orígenes del hombre en dirección a la vida coetáneo, entonces el destino desafía al caos mundial con una prueba de imaginación. «El destino de nuestra especie es designar… Como protagonistas que somos, no podemos eludir sus consecuencias», afirma, e insta al profesor a reflexionar.