PLANTAS CARNIVORAS

De los 17 libros publicados en vida por Charles Darwin, sólo cinco han sido traducidos al español. Más de 100 primaveras a posteriori de su publicación, el 70% aproximadamente de la obra de Darwin sigue inédita en nuestra jerigonza. Es muy resultón que obras como La fecundación de las orquídeas o Las formas de las flores no se hayan traducido en la vida. Esta «Biblioteca Darwin», dirigida por el profesor de la Universidad de Valencia Martí Domínguez, se propone aliviar una desatención escandalosa, fruto sin duda del tradicional desconfianza hispano por las ciencias, y imprimir por primera vez en castellano la obra olvidada, pero no por ello menos importante, de uno de los mayores pensadores y científicos de todos los tiempos.
«Un editor teutónico me escribió pidiéndome un noticia sobre la progreso de mi mente y mi carácter —escribe Darwin—, yuxtapuesto con un esbozo autobiográfico, y pensé que el intento podría entretenerme y resultar, quizá, interesante para mis hijos o para mis nietos. […] He intentado escribir el sucesivo relato sobre mi propia persona como si yo fuera un difunto que, situado en otro mundo, contempla su existencia retrospectivamente, lo cual siquiera me ha resultado difícil, pues mi vida ha llegado casi a su final». No obstante, a los fanales de la clan, y especialmente de su mujer Emma Wedgwood, Darwin escribió estas memorias con demasiada licencia. El autor de El origen de las especies exponía abiertamente sus opiniones sobre amigos y conocidos, y de modo muy particular sobre la religión (el cristianismo le parecía, por ejemplo, «una doctrina detestable»). El texto apareció censurado en su primera tiraje, y sólo en la término de 1950 se recuperó la lectura íntegra, sin recortaduras, que publicamos ahora en esta Biblioteca Darwin.